Para Bachillerato o 4º ESO:
La verdad de Soraya M. es una película dramática estadounidense de 2008, adaptación del best-seller La Femme Lapidée, basado en una historia real y que fue escrito y publicado en 1990 por el periodista franco-iraní Freidoune Sahebjam. La historia transcurre en 1986 cuando el imán Jomeini asumió el poder en Irán. Varado temporalmente en un distante pueblo iraní, Sahebjam, un reportero, es abordado por Zahra, una mujer con una desgarradora historia que contar acerca de su sobrina Soraya y las circunstancias de su sangrienta y cruel muerte el día anterior. Su historia trata de exponer la inhumanidad de la ley islámica y el fundamentalismo islámico. La última y única esperanza de justicia está en manos del periodista, que tiene que escapar con la historia -a riesgo de su propia vida- con el fin de volverse la voz de Soraya y contarle al mundo la violencia brutal de la que fue víctima.
Es una película desgarradora, que remueve tu sensibilidad. (pica la imagen para acceder a Youtube y ver la película).
Recomiendo visitar esta página de Amnistía internacional:
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Y este artículo de Libertad Digital del que extraigo este fragmento:
En la lista de deshonrosos hitos del sistema judicial iraní, el
capítulo dedicado a las ejecuciones a menores de edad es el más el
estremecedor. Hasta 2012, Irán era el país que más menores había llevado al
patíbulo, y 2013 va camino de continuar la misma tendencia, a pesar del cambio
llevado cabo en el Código Penal que teóricamente prohibía estas prácticas. El
pasado año se estableció la mayoría de edad a los 9 años para las
niñas y a los 15 para los varones. El régimen considera que las 100
personas menores de 18 años que hoy esperan en el corredor de la muerte, son
criminales mayores de edad.
"Las niñas de 9 años son lapidadas por haber sufrido una
violación", explica Roya Boroumand, cuya fundación
realiza un seguimiento de las ejecuciones llevadas a cabo en el país.
"Pero las cifras no son tan eficaces como los detalles de los casos",
apunta. Casos como el de Leyla Mafi, una iraní vendida
como prostituta por sus padres con 9 años ayudan a ilustrar el fenómeno. Tras
sufrir varios embarazos, la joven fue violada por sus hermanos y condenada a
muerte por "relaciones incestuosas". La presión internacional en
torno al caso logró que la joven conmutara la
pena por 99 latigazos y consiguiera una familia de acogida tras su
liberación.
Podemos completar la información con noticias de actualidad sucedidas en nuestro cercano país vecino, Marruecos, donde han hecho falta casi dos años de debates y
procedimientos institucionales para llegar a este resultado, después de que en
la primavera de 2012 estallara el caso de Amina Filali, la niña de 15 años de
una localidad rural del norte de Marruecos que se suicidó ingiriendo un
matarratas tras haberse visto obligada a casarse con su violador y ser
maltratada por él durante su breve matrimonio.
El artículo 475 del Código Penal castiga con una pena de hasta cinco años a
quien rapte a una menor, pero en su segundo párrafo -eliminado hoy-
especificaba que el agresor "no puede ser perseguido cuando una menor
núbil así raptada ha desposado a su secuestrador".
O lo que sucede con frecuencia en la India (noticia de enero 2014):
Nueva Delhi (EFE).- El Tribunal Supremo de la
India ha ordenado una investigación de la violación en grupo de una joven de 20
años por orden de un consejo tribal en el estado de Bengala, en el este del
país.
El máximo organismo judicial indio calificó como
"inquietante" la violación de la mujer por 13 hombres como castigo
por mantener una relación con un hombre de otra localidad el pasado lunes, de
acuerdo con la televisión NDTV.
O en diciembre de 2012 y enero de 2013:
http://www.elmundo.es/elmundo/2013/01/13/internacional/1358062025.html
Y el tema de la ablación, muy bien tratado en este programa de En portada de RTVE (38 minutos) :
Y el tema de la ablación, muy bien tratado en este programa de En portada de RTVE (38 minutos) :
Rodado en
Senegal, cuenta la historia de las mujeres de un poblado, Malicounda, en el que
hace años decidieron negarse a someter a sus hijas a la ablación. El movimiento
ha ganado impulso en todo el país y ya son muchas las aldeas que han asumido
ese juramento de Malicounda.
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